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Caracas, Estado Miranda, Venezuela
"Mi Cristo Interno saluda a sus Cristos Internos y se los bendice" Soy Metafísica.- Me gusta ayudar a los demás y compartir mis aprendizajes y experiencias con quien las necesite, sin pedir nada a cambio.- Voy en busca de mi Crecimiento Espiritual, para ser un mejor ser humano y cumplir a cabalidad con el Plan Divino que me ha sido asignado en este plano.- Considero que nadie es dueño absoluto de la Verdad, por eso, defiendo y respeto la Universalidad de los conceptos y criterios, pues pienso que es la mejor forma de integrarnos en el todo.- Recordemos que "Todos somos Uno con el Padre" .- Por eso mi lema es: "Vive y deja vivir".- Pienso con toda humildad que todos somos Maestros, porque de hecho llevamos Uno dentro de nosotros; simplemente lo que ocurre es que estamos en diferentes y numerosos grados de evolución y por eso necesitamos unos de los otros para seguir nuestro crecimiento y desarrollo espiritual. Por otra parte creo firmemente que tenemos el deber de transmitir nuestro conocimiento, experiencias y aprendizajes, para no practicar el refrán que dice: "Las cosas por saberse se callan y por callarse se olvidan".-

jueves, 10 de junio de 2010

LA VIDA ES UNA ESCUELA


Hoy hablaré a esos cuerpos cansados que han visto pasar muchos inviernos, que han visto caer las hojas de los árboles muchas veces, que han visto correr los niños por las rutas de la vida ansiosos de crecer, para luego verlos marchitarse ante los dolores de la vida.

Hoy quiero hablar a esos árboles grandes que han cobijado muchas veces nidos de pajarillos, que los han visto alimentar a sus polluelos, enseñarlos a volar, para finalmente ver como cada uno emprende el vuelo y dejarlos nuevamente vacíos.

Hablo para esos robles maduros de quien nadie se acuerda, sólo cuando es preciso refugiarse en sus hojas. Para esos seres que lo han dado todo a sus retoños, y luego éstos han corrido en busca de sus propias vidas. Para los que entienden de soledad, para los que saben lo que es el tiempo, para los que prefieren vivir recordando y no esperan ya mucho del futuro.

Hablo para ustedes, y a todos les digo lo mismo:
Que volteen hacia arriba y observen ese Sol que los está alumbrando, y que si ustedes han sufrido de soledad, ese Sol que hoy los alumbra, ha visto pasar a miles de ustedes y muy pocos se acordaron de él, y si ese Sol es tan sólo un representante de Dios en la tierra, ¿cómo creen que Dios sentirá cuando ve pasar a miles de sus hijos sin acordarse de El?.

Dios envía a los hijos a la tierra a que cumplan con un trabajo sagrado y grandioso; pocas veces se acuerdan de El, pero cada uno de ustedes sufre sintiendo que sus propios hijos no los recuerdan a ustedes. El tiempo transcurre, la vida se acaba, y conforme pasa el correr del tiempo, el sufrimiento crece porque la soledad aumenta, sin embargo, hay alguien que se regocija de esto. Mientras ustedes en su sufrir voltean a ver a sus hijos suspirando por una sonrisa, o una caricia de esas manos que tantas veces tuvieron entre las suyas, el Padre los mira a ustedes con los mismos deseos con que ustedes miran a sus hijos. El Padre sabe que tarde o temprano ustedes regresarán a El y por eso su espera es confiada, alegre, sabiendo que cada vez están más cerca.

Y ese Padre que tantas veces les regaló amor, ustedes muchas otras lo ignoraron, y lo ignoraron porque no supieron entender que el amor que Dios les daba, se los daba en el amor de sus propios hijos, se los daba en cada dulzura que la vida les presentaba, se los daba en cada momento de risas y de gozo por el que ustedes pasaban, y Dios no les pidió una palabra de agradecimiento, gozaba en sus alegrías y lloraba en sus tristezas.

Pero ahora que el paso del tiempo ha puesto nuevamente muy cerca de sus Manos a todos ustedes, su entusiasmo por recibirlos crece a cada instante, y cada momento que pasa es para El un momento de felicidad; sabe que este sufrimiento de soledad es momentáneo, cada uno de ustedes ha cumplido ya su misión, cada uno ha dejado algo a su paso por la vida, y se acerca la hora de retornar a casa.

¿Cómo habrá de recibirlos si por tanto tiempo ustedes se han mantenido alejados de El? ¿Con qué cariño, con qué amor los estrechará en sus brazos si por tanto tiempo ustedes lo ignoraron?.

La vida es una escuela en donde cada uno aprende dependiendo de las lecciones que estudió. Dios dejó a cada uno de ustedes hacer su vida para que aprendieran, y cada uno de ustedes deberá hacer lo mismo con sus respectivos hijos.

Hay un momento para ser padres, otro momento para ser guía y otro momento para ser amigo de sus hijos. Ellos deben sentir la misma libertad con que ustedes vivieron sus respectivas vidas, y ahora tiempo es de preparar el camino de regreso a casa.

Volteen sus ojos hacia el Sol, volteen sus ojos hacia las estrellas y la luna; allá arriba en algún lugar del cielo hay alguien que los está esperando, y todo el amor que hayan sentido en la tierra, no podrá ser comparable con el infinito amor con que el Padre los recibirá.

No importa cuáles hayan sido sus acciones; no importa que ustedes se sientan culpables, doloridos o gozosos; si ustedes mismos serían capaces de perdonar a sus hijos sin importar todo lo que éstos les hayan hecho, que podrían pensar de su Padre Dios cuyo amor es infinito, y para quien ustedes son tan sólo pequeños niños aprendiendo a vivir.
*En su amor no existe el pecado, en su amor no existen los castigos *.

Volteen su vista al Padre y preparen su regreso dejando en paz su corazón, y agradeciendo cada momento que la vida les dé, porque una nueva luz empieza a alumbrar sus corazones.

Con todo mi AMOR.

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